Diferencias entre HAZOP y LOPA en el análisis de riesgos de proceso

El análisis de riesgos de proceso resulta fundamental en algunos ámbitos del sector industrial. Instalaciones como centrales eléctricas y plantas químicas, entre otras, requieren de la revisión puntual de los sistemas de seguridad en torno a sus procesos operacionales. En este contexto, nos encontramos con HAZOP y LOPA, dos de los métodos de análisis más habituales a estos efectos.

Conocer estas metodologías puede ser determinante para la seguridad de organizaciones en las que se manipulan productos químicos a diario. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre HAZOP y LOPA? ¿En qué consiste cada una de estas técnicas? Y, sobre todo, ¿por qué es conveniente llevarlas a cabo periódicamente en este tipo de instalaciones?

¿Qué es un análisis HAZOP?

La técnica de evaluación de riesgos HAZOP –Hazard and Operability Study-, o AFO, por las siglas de Análisis Funcional de Operatividad, está dedicada a evaluar las consecuencias de hipotéticas desviaciones en cada etapa del proceso operacional. Se trata de un tipo de estudio que puede llevarse a cabo tanto en el diseño de un nuevo proceso, como cuando éste ya está en marcha, en revisiones periódicas o a la hora de implementar modificaciones.

En este sentido, el análisis HAZOP se da por hecho que gran parte de los riesgos provienen de intenciones operacionales o desviaciones en el diseño del proceso. A lo largo de la evaluación, deben identificarse diversos escenarios de riesgo y cuáles son sus causas, además de cuantificarlos y medir su nivel de exposición y la intensidad de sus consecuencias.

Dónde y cómo se utiliza el análisis HAZOP

Esta metodología se emplea fundamentalmente en industrias como la gasífera, la nuclear, la petrolera, la química o la farmacéutica, que revisten un riesgo manifiesto en sus operaciones. Las diferencias entre HAZOP y LOPA no tienen que ver tanto con el escenario, sino con el desarrollo de la propia metodología, tal como vemos a continuación.

En el análisis HAZOP tienen cabida un gran número de profesionales cualificados, desde ingenieros y operadores hasta supervisores, pasando por el personal especializado en mantenimiento. Todos ellos deben conocer la metodología al completo y conceptos como los nodos -el segmento del sistema que se analiza-, parámetros -las condiciones variables en cada nodo- y las posibles desviaciones, así como sus causas y efectos.

¿En qué consiste el método LOPA?

Cuando hablamos de la metodología LOPA, por las siglas del concepto inglés de Layer of Protection Analysis, nos referimos al denominado análisis de protección por capas o análisis de las capas de protección.

Esta técnica consiste en llevar a cabo un análisis semicuantitativo con el fin de evaluar los riesgos de un proceso operativo y determinar los niveles de seguridad necesarios para reducirlos o eliminarlos. Asimismo, la evaluación se utiliza también como herramienta para la asignación del nivel SIL -nivel de integridad de la seguridad-.

¿Cómo se lleva a cabo un análisis LOPA?

Una de las principales diferencias entre LOPA y HAZOP es el modo en que se desarrollan ambas metodologías. En el caso del análisis por capas, es posible aprovechar los resultados previos de una evaluación HAZOP para profundizar en los escenarios de riesgo identificados. En cualquier caso, la técnica LOPA suele llevarse a cabo en las siguientes fases:

  1. Identificación de los escenarios de riesgo -obtenidos presumiblemente a través de un análisis HAZOP-.
  2. Cuantificación de la frecuencia en cada escenario de riesgo.
  3. Detección de las distintas capas de protección y análisis de su eficacia.
  4. Evaluación de los niveles de riesgo en base a los criterios de tolerabilidad.
  5. Búsqueda de medidas para la mitigación o eliminación del riesgo.

Diferencias entre HAZOP y LOPA

Una vez detalladas las metodologías a seguir en cada tipo de análisis, conviene entender cuáles son las diferencias entre HAZOP y LOPA para saber qué evaluación es recomendable aplicar en cada contexto y en cada momento. A grandes rasgos, la técnica HAZOP se utiliza para identificar y analizar hipotéticos escenarios de riesgo, mientras que un estudio LOPA profundiza en su cuantificación y las posibles soluciones a implementar.

Un análisis HAZOP nos lleva a identificar los problemas de seguridad en cada etapa del proceso operacional, mientras que la evaluación LOPA -que en muchas ocasiones se incluye en la anterior-, determina cuál es exactamente el nivel de integridad de la seguridad, dónde es necesario aplicar las denominadas SIF -Funciones de Seguridad Instrumentadas-, en un SIS -Sistema de Seguridad Instrumentado-.

¿Son complementarios los análisis HAZOP y LOPA?

Más allá de las diferencias entre HAZOP y LOPA, cabe plantearse la posibilidad de combinarlos en un análisis de riesgos de proceso profundo. Y es que son precisamente estas diferencias lo que las convierte en técnicas complementarias. De hecho, lo más habitual es la realización de evaluaciones HAZOP que incluyen a continuación un estudio LOPA.

De este modo, las empresas donde la peligrosidad es considerable debido a su ámbito de operación ven reforzada la seguridad de sus instalaciones: un primer análisis para el diagnóstico del riesgo en cada etapa del proceso operacional -HAZOP- y, a continuación, un estudio LOPA más profundo en el que se determinen las brechas, su nivel de riesgo y, por supuesto, la implementación de las SIF adecuadas.

¿Por qué aplicar con frecuencia el análisis LOPA y HAZOP?

Teniendo en cuenta que hablamos de unos sectores en el que, hace décadas, las necesidades productivas aparecían a mayor ritmo que la preocupación por la seguridad, parece evidente la necesidad de evaluación constante en este tipo de procesos. En la actualidad, no sólo ha pasado a ser una cuestión legal, sino que además resulta imprescindible para el funcionamiento de cualquier sistema industrial.

Desde Positive Engineering ofrecemos todo tipo de análisis de riesgos en procesos operacionales de todo tipo de industrias, para lo que aplicamos la técnica HAZOP, incluyendo una evaluación LOPA. Como expertos en la materia, nuestra recomendación es llevar a cabo este tipo de estudios periódicamente, además de incluirlos ante nuevos diseños, modificaciones o sospechas de riesgo